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Por tierra, mar y aire. La emigración española hoy.

Escrito por Sergio Marín el Lunes, 10 Agosto 2015

Se dice que una vez formado, en España, solo hay tres salidas: por tierra, por mar y por aire. La crisis económica ha llevado a mucha gente a abandonar el país, pero no solamente a muchos de los jóvenes altamente cualificados. En esta infografía recogemos la evolución de la emigración española y la huella de personas que tuvieron historias de éxito y de desilusión: las dos caras de la emigración de los españoles.

 

Los orígenes de la emigración española moderna

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, muchos decidieron “hacer las Américas”. Entre 1882 y 1930, casi 3.500.000 españoles partieron hacia el Nuevo Continente, de los que apenas 2.000.000 acabaron volviendo. Los dos países preferidos en esta ola fueron Argentina y Cuba. Entre 1946 y 1958 salieron 560.000 españoles, de los que sólo 160.000 retornaron. Argentina siguió siendo el destino preferido en estos años, seguido por Venezuela y Brasil.
Las remesas fueron un factor común de ambas olas de emigración. A principios del siglo XX contribuyeron a equilibrar la balanza de pagos y activaron el desarrollo de la infraestructura bancaria nacional. En los años del franquismo aliviaron la miseria de muchas familias de nuestro país.
    Fuente: Fundación Directa

En las décadas posteriores a la Guerra Civil, cientos de miles de españoles partieron al extranjero: muchos, a Bélgica a trabajar en las minas, o a Alemania y Suiza como Gastarbeiter (trabajador invitado). La RFA acogió a más de un millón de "trabajadores invitados" en los 60, y aunque el gobierno no tenía intención de integrarlos en la sociedad alemana, muchos acabaron quedándose. Además de mano de obra industrial barata, a Francia emigraron muchas mujeres españolas para trabajar como sirvientas, mientras que los hombres iban a la vendimia o la “campaña”. Algunos hicieron raíces en sus países de acogida y se quedaron, otros muchos volvieron con algunos ahorros pasados varios años. Entre 1960 y la Transición, Bélgica acogió a más de 100.000 españoles, Alemania a más de 350.000 trabajadores, Suiza a más de 650.000, y Francia a unos 600.000, de los que casi la mitad eran mujeres.
    Fuente: El Confidencial

La emigración española hoy

En los años inmediatamente anteriores y posteriores al cambio de milenio, España ha sido país de inmigración. Sin embargo, con la crisis, la emigración ha vuelto. El destino preferido hoy es Europa, sin lugar a dudas. La cercanía geográfica y cultural, así como las facilidades burocráticas hacen de Europa un destino atractivo para los españoles que quieran probar suerte en el extranjero. No son necesariamente jóvenes altamente cualificados. Hay españoles de todas las edades, y con mayor y menor nivel educativo. A estos “nuevos emigrantes” se suman los hijos y nietos de los emigrantes españoles del pasado, que decidieron quedarse.

El segundo destino, como en los cincuenta, es América. Distinguimos tres categorías de españoles en el continente americano: el primero, los españoles que emigraron hace ya décadas, cuyos hijos y nietos han mantenido la nacionalidad española; el segundo, los inmigrantes latinoamericanos que vinieron a España, se nacionalizaron, y ahora están volviendo a sus países de origen, y el tercero, jóvenes españoles, normalmente cualificados, que emigran a países latinoamericanos, y también a Norteamérica, en busca de nuevas oportunidades de futuro.


La batalla de las cifras

Los datos de la emigración española actual son problemáticos dado el cómputo de la descendencia de antiguos emigrantes, la reciente multiculturalidad de la sociedad española y la falta de voluntad de muchos españoles por registrarse en los consulados cuando emigran a países europeos. Según datos del INE, deducimos que los españoles nacidos en España que emigraron en 2013 eran algo menos del 10% de las personas que abandonaron el país. También podemos observar que de los 423.006 ciudadanos españoles residiendo en Argentina, solo el 21% nació en España y, en la mayoría de los casos, llevan afincados allí varias décadas (INE).

 

La ilusión convertida en desilusión

    Decepción y necesidad, la cara fría de Noruega

Noruega muestra la peor cara de nuestra emigración actual, donde muchos españoles se han visto en la indigencia. Al no formar parte de la UE, Noruega sólo autoriza a los españoles a buscar trabajo durante seis meses, que deben abandonar el país si no encuentran un empleo en ese tiempo. El altísimo nivel de precios de Noruega complica la situación de los españoles que, en  muchos casos, se ven obligados a mendigar, y a pedir ayuda en ONG al no poder siquiera pagar un billete de vuelta a España. La gravedad del problema ha sido recogida incluso por la televisión pública noruega. El 35% de las 7.000 personas que pidieron ayuda a Cáritas en Noruega en 2013 eran españoles o portugueses.

   La subsistencia como modo de vida

Las cuadrillas que van a Francia a la vendimia parecen cosa del pasado, pero este año cerca de 15.000 españoles se desplazarán al país vecino para la recolección de uva. Tres cuartas partes de estos trabajadores son andaluces.
Sus salarios rondarán los 10€ por hora, con las horas extras pagadas aparte. En el pasado los vendimiadores podían ahorrar y vivir holgadamente unos meses cuando volvían a España. Hoy en día los salarios no lo permiten, y la vendimia se ha convertido en un alivio al altísimo paro que hay en el sur. El 20% de aquellos españoles que han solicitado un empleo como vendimiador en Francia por primera vez este año son jóvenes con preparación universitaria y sin experiencia agrícola. Hay quien ha decidido aprovecharse de la desesperación de muchos, y los fraudes son comunes.
    Fuente: El País

En Alemania se han extendido los minijobs, trabajos de un máximo de 15 horas semanales y 450€ mensuales. No existen datos, pero muchos españoles que han emigrado al país teutón han acabado con estos contratos para poder subsistir. Según una encuesta de Der Spiegel en 2013, un 96% de los españoles en Berlin reconocieron estar sobrecualificados para el trabajo que desempeñaban, y tan sólo un 45% ganaba más de 1.500€ mensuales. Además, el aumento de estafas con contratos de sobreexplotación ha culminado en la creación del Grupo de Acción Sindical para defender los intereses de otros españoles afectados por estos engaños.
    Fuentes: Zoom News, Süddeutsche Zeitung, Der Spiegel.

 La ilusión convertida en éxito

   La fuga de cerebros

Todos hemos oído hablar del español que se ha formado y al acabar tuvo que irse porque su talento en España no era valorado, no tenía oportunidades y no veía un futuro profesional o de vida. Entre ellos muchos científicos han aceptado plazas en universidades extranjeras dada la falta de inversión en investigación y desarrollo. Ciertamente, existen muchos de estos casos. El Periódico recoge interesantísimos testimonios de investigadores fugados. Una parte considerable de la emigración española a países como Australia o Estados Unidos responde a este perfil. No hay cifras oficiales del número de investigadores españoles en el extranjero. La OCDE  estimó en 2009 que son unos 11.200, alrededor del 5% del total. Este mapa recoge el proyecto Fuga2, de Eli Vivas.

Existen también programas de formación técnica en el extranjero, como el programa de empleo y formación alemán The Job of My Life, en el que los españoles representamos el 50% de los participantes.

    La ilusión convertida en notoriedad pública

Los emigrantes españoles, inmigrantes en sus respectivos países de acogida, llevan a cabo un proceso de integración en destino. Aunque a lo largo de los años muchos hayan decidido volver, otros muchos se han afincado fuera y se han desarrollado a nivel personal y profesional. Entre todas esas historias anónimas, algunos de estos emigrantes y sus descendientes han acabado formando parte de la esfera pública. Actores, políticos, periodistas y otras figuras se han convertido en referentes en sus respectivos países.

España es un país que ha visto como una importante parte de su población ha tenido que partir, a lo largo de su historia, en busca de una vida mejor. Y es que el migrar, sea desde o hacia España, no deja de ser eso: el anhelo por una vida mejor, por conseguir nuevas oportunidades y abrir nuevos horizontes.