¿Puede la libertad de expresión justificar y proteger al discurso del odio? A partir de la definición de libertad de expresión y de sus límites, este artículo examina el papel de los valores democráticos como fundamento y límite de la libertad de expresión.
La libertad de expresión es un derecho fundamental de las personas que además ejerce una función social esencial para la democracia: la formación de una opinión pública diversa y plural.
Este derecho, que tiene sus orígenes en la Ilustración, es hoy, paradójicamente, invocado para amparar el denominado “discurso del odio” que se define como “ cualquier forma de expresión que propague, incite, promueva o justifique el odio racial, la xenofobia, el antisemitismo o cualquier forma de odio basado en la intolerancia y que en la actualidad tiende a difundirse de manera exponencial gracias al anonimato y a la facilidad de acceso a internet.
Sin embargo, el discurso del odio choca frontalmente con varios derechos y valores fundamentales de cualquier sistema democrático, como la dignidad de la persona o la no discriminación.
¿Debe entonces la libertad de expresión proteger la difusión de cualquier idea, incluyendo el discurso del odio? ¿Tiene límites la libertad de expresión?