Ceuta y Melilla: devoluciones en caliente y cuchillas
Las vallas de Ceuta y Melilla se construyeron en los años noventa y desde entonces han sido objeto de ampliaciones, reforzándose a lo largo de los años con medidas de seguridad como sensores de ruido y movimiento, luces de alta intensidad, cámaras de vigilancia e inhumanas concertinas (alambre de espino y cuchillas). De acuerdo confuentes oficiales, en 2013 entraron en España de forma clandestina 33.913 personas. De ellas solo el 4,79% lo hizo por Ceuta y el 7,78% por Melilla. A pesar de ello, España ha invertido 289,4 millones de euros de la UE en proteger la frontera. A estas actuaciones se suman las llamadas “devoluciones en caliente”, prácticas ilegales que impiden que potenciales refugiados pidan protección en España, un derecho recogido en la Constitución y en el Convenio de Ginebra. Se estima que desde el 2001 más de 5.000 personas han sido víctimas de devoluciones en caliente en estas fronteras. El incidente más grave sucedido recientemente tuvo lugar en febrero del 2014, cuando la actuación de la Guardia Civil supuso la muerte trágica de 15 personas por ahogamiento.
Grecia y Turquía: la securitización de la frontera sur
Bajo el auspicio de la agencia europea Frontex, el Gobierno griego decidió en 2010, motivado por el intento de aproximadamente 32.500 personas de traspasar la frontera de manera ilegal, construir una barrera a lo largo del río Evros en su límite con Turquía. Hoy por hoy esta localización se ha convertido en una de las principales entradas a la UE de personas migrantes procedentes del continente asiático (y de la guerra en Libia y Siria). Desde 2013, Grecia ha invertido el 93% de los fondos recibidos de la UE para la gestión de las fronteras (85 millones de euros), en el muro de seguridad (vehículos, cámaras, radares, etc.); y tan solo un 2% en el asilo a refugiados. De acuerdo con un informe realizado por organizaciones especializadas en migración, las políticas de vigilancia implementadas en esta frontera están implicando la sucesiva violación de los derechos humanos de miles de personas: multiplicación de centros de detención, retornos forzados, detenciones ilegales, ausencia de garantías de asilo para los refugiados, etc.
Turquía y Bulgaria: crisis humanitaria en la barrera
En enero de 2014 Bulgaria comenzó la construcción de una valla de seguridad para contener la llegada de refugiados a la UE desde Oriente Medio y Norte de África. El coste de la barrera ascendió a 5 millones de euros. A principios de 2015 el Gobierno búlgaro anunció una ampliación de 82 km de la barrera como respuesta al incremento de llegadas irregulares. El primer ministro, Boyko Borisov, anunció esta medida como absolutamente necesaria para prevenir la entrada ilegal de personas en la UE. Estas medidas han supuesto una reducción del 50% con respecto al año anterior del número de migrantes y de solicitantes de asilo en el país. Naciones Unidas advierte de que la falta de garantías legales para demandar el asilo, combinada con el acceso limitado a los puestos fronterizos, las violaciones de derechos humanos reportadas y las devoluciones en caliente, está provocando una situación de crisis humanitaria en la frontera entre la población desplazada proveniente principalmente de Siria.
India y Bangladesh: el muro de la muerte
Esta barrera conocida como el “muro de la muerte” es la quinta más larga del mundo y fue construida para acabar con el tráfico de bienes, drogas y el cruce ilegal de personas entre ambos países. Se extiende a lo largo de toda la frontera común y esto hace que los bangladeshíes se sientan encerrados. Está custodiada por fuerzas armadas indias que tienen fama de disparar antes de preguntar. Las estimaciones oficiales calculan que en la India hay 2 millones de personas indocumentadas procedentes de Bangladesh. Sin embargo, el número que aparece publicado frecuentemente en los medios de comunicación de la India es el de 20 millones. En 2011, uno de los incidentes más dramáticos sucedidos en la valla, la muerte de una joven de 15 años, forzó al ministro de interior de la India a anunciar que ya no se utilizarían armas letales y que ya no se dispararía a los civiles bajo ninguna circunstancia. Sin embargo, a día de hoy los guardias fronterizos de Bangladesh informan de palizas mortales, estrangulamientos, lapidaciones e inyecciones letales.
EEUU y México: el negocio perfecto para la industria militar norteamericana
Este muro, que se extiende a lo largo de 2/3 de la frontera común, es el negocio perfecto para la industria militar. Halliburton controla un tramo de la frontera en Texas, General Atomics ha vendido drones y la empresa israelí Elbit, que desarrolla operaciones en el Muro de Cisjordania, gestionará sistemas de vigilancia en Arizona. De 2007 a 2014, el gasto en seguridad fronteriza ha rondado los 100.000 millones de dólares y va en aumento. La ONG BorderAngels denuncia que ese muro ha causado 10.000 muertes desde 1994. La Patrulla Fronteriza habla de 5.570 muertes entre 1998 y 2012. A pesar de que se da por sentada su ampliación, su eficacia no es muy clara: un informe de Migrant Policy Institute de 2009 estimaba que el 97% de los migrantes que trataban de llegar a EEUU desde la frontera mexicana lo conseguía. Otro dato: un informe de la Government Accountabilty Office señalaba que el Departamento de Seguridad Interna no había medido el impacto del muro en la seguridad fronteriza.
Botsuana y Zimbabue: muro contra la desesperación zimbabuense
Botsuana, el país más próspero de la zona, cuenta con unos ingresos por cápita que multiplican por 10 los de Zimbabue. El muro nació en 2003 para evitar el contagio entre el ganado de Botsuana de la fiebre aftosa, pero desde un primer momento los zimbabuenses denunciaron la intención oculta de poner límites a los zimbabuenses que huyen de la pobreza y del régimen de Mugabe. Algunas de las secciones fueron electrificadas en un principio y las autoridades de Zimbabue derribaron tramos nada más ser erigidos. Este muro de alambre de espino no parece una barrera insuperable. La xenofobia contra los zimbabuenses no es un tema menor. En 2013 Botswana deportó a 22.675 personas a Zimbabue, un 30% más que en todo 2012.
Sudáfrica, Zimbabue y Mozambique: una herencia del apartheid aún en pie
Estos dos muros se construyeron en pleno apartheid (en 1975 el de Mozambique y en los años 80 el de Zimbabue) y fueron electrificados hasta 1990. En total, los muros de Sudáfrica con Zimbabue y Mozambique provocaron más muertes en apenas 3 años (cuando estaban electrificados) que el Muro de Berlín en toda su historia. Ahora siguen en pie, pero deteriorados por contrabandistas y cazadores furtivos. Los acuerdos regionales para crear espacios naturales comunes plantearon la idea de retirar los muros, pero esto solo afectó a una mínima parte de los mismos.
Con el tétrico nombre de “Serpiente de Fuego” se conoce al muro que se construyó en 1975 entre Mozambique y Sudáfrica para evitar que el alzamiento armado en Mozambique se propagara a Sudáfrica y, de paso, para poner más difícil la emigración de ciudadanos mozambiqueños a un país con una renta per cápita 11 veces superior. De 1986 a 1990 el muro mató a 94 personas, según la Iglesia Católica. En la actualidad, cuenta con una importante presencia de fuerzas armadas.
Sudáfrica erigió en los años 80 un muro para contener la inmigración desde Zimbabue. Hasta 1990, el muro estuvo electrificado y provocó, según datos del Ejército, 89 muertes desde 1986 a 1989 (otros datos subrayan que fueron cerca de 200 muertes al año). Actualmente, algunos tramos han sido destruidos. Hay 5 millones de zimbabuenses en Sudáfrica, y cada mes entran 50.000.
Recientemente se han vivido graves ataques xenófobos en Sudáfrica contra comunidades mozambiqueñas y zimbabuenses.